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¿Por qué fracasa un concurso de acreedores?

¿Por qué fracasa un concurso de acreedores?

16.03.2018

Desde Taxfinco, como miembros de la Asociación Profesional de Administradores Concursales (ASPAC), y tras más de veinte años de intervención en numerosos procedimientos concursales, lo cual nos ha permitido tener un profundo conocimiento de la actividad concursal, compartimos plenamente las motivaciones expuestas recientemente en el periódico Expansión por el Vicepresidente de ASPAC, D. Diego Comendador, en relación a las causas por las que en España actualmente fracasan la practica totalidad de los concursos de acreedores declarados:

Falta de experiencia de los profesionales

Numerosos son los profesionales que constan en las listas de designación para actuaciones judiciales, si bien, tal y como se señala, en España, alrededor de 3.500 profesionales sólo tienen experiencia en un único proceso y todavía hay cerca de 5.000 que están a la espera de ser designados administradores concursales por primera vez.

Lentitud en el procedimiento

La realidad es que la duración de los concursos de acreedores, debido a la lentitud del procedimiento y a la sobrecarga de los juzgados, agrava la situación financiera de la empresa y dificulta su viabilidad futura.

Sobrecarga de los juzgados

El elevado número de concursos declarados durante la profunda crisis económica padecida en España, ha conllevado a la sobrecarga de los Juzgados de lo Mercantil.

Obstáculos a las empresas en concurso

La declaración del concurso de acreedores es un hándicap para las empresas, que tienen dificultades para continuar con el desarrollo de su actividad empresarial, y a la que se le cierra la posibilidad de participar en licitaciones, obtener nuevas fuentes de financiación, etc.

Privilegios excesivos de la Administración Pública

La protección del crédito público se ha visto favorecida y reforzada tras las numerosas reformas de la Ley Concursal que tuvieron lugar durante los años de la crisis.

Presentación tardía del concurso

La mayoría de las empresas solicitan de forma tardía la declaración del concurso, lo que sumado a las causas anteriormente expuestas, minora la posibilidad de sacar un convenio adelante, siendo por lo que en su mayoría, el procedimiento concursal acaba en liquidación.

Marco regulatorio inestable

Tal y como el vicepresidente de ASPAC expone, es difícil encontrar en el ordenamiento español una ley que haya sido modificada y reformada tantas veces y en un periodo de tiempo tan corto como la normativa concursal. Para hacerse una idea, en 2014, incluso se aprobaron nuevas medidas con una diferencia en el tiempo de 25 días.

La mayoría de estas reformas, más de veinte en total, se han articulado a través de reales decretos que, por la vía de urgencia, volvían a modificarse tan pronto como eran convalidados, generando mucha incertidumbre y falta de seguridad jurídica.